Walter Wallace, un chico de 27 años, residente de Philadelphia, sufría de un transtorno de bipolaridad, pero una de sus crisis sería quien lo llevaría a la muerte, cuando tomo un arma blanca para salir a la calle del vecindario de Philadelphia para gritar de forma descontrolada, por lo que los vecinos llamaron a las autoridades, que al llegar agudizarían la crisis que atravesaba el joven Wallece.