Explica la psicóloga Catina Furlan que “un niño con pereza lo que muestra es falta de interés, de energía o de voluntad para hacer las actividades. Este desinterés se puede trasladar al momento de jugar, hacer tareas en el hogar. Esto se puede deber a falta de interés, autonomía, motivación, ausencia de una rutina estructurada o falta de autoestima. También puede ser producto de los padres que tendemos a hacerles todo y los niños no requieren de esforzarse en conseguir las cosas”