Una falla en los sistemas de reservas y facturación que utilizan distintas aerolíneas a nivel internacional provocó la paralización de las actividades en los principales terminales aéreos del mundo.
Diarios británicos indican que los aeropuertos más afectados fue el Gatwick, en Londres; el Charles de Gaulle, en París; el Reagan Airport, en Washington; el Changi, en Singapur; el de Johannesburgo, entre otros.